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¿Por qué los edulcorantes artificiales no son efectivos para perder peso?

Aunque los edulcorantes artificiales no aportan calorías, pueden engañar al cerebro.

¿Por qué los edulcorantes artificiales no son efectivos para perder peso?

Los edulcorantes artificiales se han convertido en una opción popular para quienes buscan reducir el consumo de calorías y perder peso. Sin embargo, investigaciones recientes revelan que estos sustitutos del azúcar podrían no ser tan efectivos como se pensaba. A continuación, exploramos las razones principales detrás de este fenómeno.

El impacto en el metabolismo

Aunque los edulcorantes artificiales no aportan calorías, pueden engañar al cerebro. Al consumir algo dulce, el cuerpo anticipa la llegada de energía. Cuando esta energía no llega, se genera un desequilibrio metabólico que puede aumentar el deseo por alimentos calóricos, dificultando así la pérdida de peso.

Efectos en la microbiota intestinal

Los edulcorantes también alteran la composición de las bacterias en el intestino, conocidas como microbiota. Estas bacterias juegan un papel crucial en el metabolismo y la digestión. Cambios en su equilibrio pueden afectar la capacidad del cuerpo para procesar los alimentos, contribuyendo incluso al aumento de peso.

El aumento del apetito

El sabor dulce de los edulcorantes estimula la liberación de insulina, ya que el cuerpo se prepara para procesar el azúcar que percibe, aunque este no esté presente. Este incremento en insulina puede generar hambre poco después de consumir productos con edulcorantes, lo que lleva a un mayor consumo calórico total.

Los comportamientos compensatorios

Existe también un efecto psicológico: al consumir productos bajos en calorías, las personas suelen sentirse más libres para compensar con alimentos calóricos, creyendo que el ahorro de calorías justifica estos “permitidos”. Este comportamiento anula el déficit calórico necesario para perder peso.

La falta de saciedad

A diferencia de los alimentos ricos en calorías, los edulcorantes artificiales no generan sensación de saciedad. Esto puede llevar a comer más en un intento por satisfacer el hambre, incrementando el consumo total de alimentos.

Aunque los edulcorantes artificiales parecen una alternativa conveniente para reducir calorías, sus efectos en el metabolismo, la microbiota intestinal y los hábitos alimenticios pueden contrarrestar sus beneficios. Para perder peso de forma efectiva, es mejor centrarse en una dieta equilibrada, basada en alimentos naturales y con un control adecuado de las porciones.

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Los edulcorantes no son una solución mágica, y su impacto en el organismo resalta la importancia de adoptar hábitos saludables a largo plazo.

Con información de Gourmet de México.

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